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Dentro de una organización, uno de los retos más grandes es encontrar a la persona ideal para ocupar un puesto, lo cual cuesta tiempo, esfuerzo y a la empresa directamente, dinero.
Sucede que el día menos esperado, un empleado se presenta en la oficina muy serio para comunicar que abandona la empresa, y la pregunta que surge hacer inmediatamente es: ¿por qué?
Las personas toman la decisión de marcharse de las empresas porque tienen necesidades insatisfechas en el trabajo.
En la gran mayoría de los casos, los empleados buscan un cambio porque han dejado de sentirse bien en la empresa, o porque nunca llegaron a sentirse bien en su entorno laboral.
Cuando un empleado llega a esa situación, dedica tiempo a enviar su currículum a todas partes, buscando vacantes en portales de empleo, diciéndole a familiares y amigos que le avisen si saben de algo mejor para él, buscando la manera de escapar para saciar esa necesidad que la empresa está descuidando.
1. Porque se sienten estancados, no ven oportunidades de crecimiento.
2. Porque tienen un mal ambiente laboral.
3. Porque no les gusta lo que hacen.
4. Porque no se preocupan por ellos.
5. Porque no están de acuerdo con el salario.
6. Porque tienen problemas con el horario.
7. Porque sienten que no les valoran.
8. Porque no se identifican con los valores de la empresa.
9. Porque no toleran a su jefe.
10. Por estrés laboral.
¿Se ha escapado talento de tu organización por alguno de estos motivos? ¿Sientes que cada vez hay más personas con el síndrome de Burnout en el equipo?
Evalúa el desempeño periódicamente para que, a partir de esa información objetiva, puedan surgir planes de acción acertados que les permita desarrollarse. Luego de cada evaluación del desempeño, viene bien reunirse con el empleado, destacar sus fortalezas, y ayudarle a ver sus oportunidades de mejora como parte del proceso de desarrollo, planteándose nuevos retos, preguntándole qué necesita y dejándole saber que confías genuinamente en su capacidad de ser mucho mejor.
Apóyalos con formación continua, mentoring, coaching, y las herramientas que hagan falta y cuando estén listos, brindarles nuevas oportunidades, como dejarle liderar algún proyecto o promoverlo horizontal y/o verticalmente.
Haz encuestas de clima y satisfacción laboral periódicamente, evaluando cómo es la relación con sus compañeros y superiores, cómo se sienten con respecto a las labores que realizan, si cuentan con las herramientas para hacer bien su trabajo, si las condiciones ambientales son las adecuadas, si se sienten seguros, qué le hace falta a la empresa para que sea el mejor lugar para trabajar… Es importante cuidar de la salud emocional y física de los que día a día contribuyen a la organización.
Que no solo sea trabajar para cumplir y ganar dinero. Cuando trabajamos en algo que nos conecta con nuestra pasión y nos acerca a nuestro propósito de vida, es más probable que nos quedemos. Dale la oportunidad de desarrollar su creatividad. Habilita espacios en los que puedan poner al servicio de los demás lo que tanto aman hacer e intenta ligar esas capacidades con la estrategia corporativa.
Te recomendamos validar a través de benchmarking salarial para conocer cuánto se paga en el mercado laboral a las personas que tienen los perfiles que hay en tu empresa. Además, a muchas empresas les funciona el Pay for Performance, es decir, pagar incentivos por desempeño o por logro de objetivos. Pero no solo se trata de dinero, también puedes incorporar otros beneficios que contribuyan al bienestar del colaborador.
Si hacen algo bien, ¡dilo! y si es posible en público. Haz reuniones para celebrar los logros individuales y del equipo, haciéndoles saber cómo su trabajo ayuda a la consecución de los objetivos de la empresa. Si el empleado ha mejorado su desempeño, felicítalo y se motivará a seguir haciendo su mejor esfuerzo. Agradecerles su compromiso y su lealtad con la empresa con incentivos, obsequios y/o reconocimientos escritos. Todo esto multiplicará su motivación.
Que los valores estén claros y que la ética profesional se defienda. Los valores no son los que están escritos en la pared de la oficina, son los que se evidencian en el día a día.
El psicólogo estadounidense Dani
el Goleman, conocido mundialmente por ser experto en inteligencia emocional, luego de estudiar el funcionamiento de más de 500 compañías, afirma que “la mayor parte de los empleados se van porque odian a su jefe”. Asegúrate por favor de que esto no ocurra en tu organización. Una iniciativa de feedback 360º podría ayudar bastante a evaluar la gestión de los líderes de forma objetiva, junto a las encuestas de clima.
Que la carga laboral se corresponda con la necesidad real que tiene la empresa y que no le implique un ritmo acelerado o tenga que dedicar más tiempo de la jornada laboral. Si los colaboradores están estresados por el trabajo hasta el punto de tener gastritis, trastornos de sueño, ansiedad y otros problemas de salud, seguro que ya están preparando la huida. Una idea que te damos es analizar qué procesos se podrían automatizar para mayor agilidad y que el empleado tenga tranquilidad para dedicar tiempo de calidad a realizar aportes significativos a la organización.
Diagnosticando los motivos que provocan la rotación de los empleados y buscando soluciones para cada uno de ellos, encontrarás un camino de crecimiento como profesional de gestión humana y, a nivel personal, estarás contribuyendo a crear un entorno donde las personas se sientan mejor y más realizadas.